domingo, 21 de abril de 2013

Vivir el aquí, cantar el ahora... y contar la tarea

Nuestro invitado de la clase del miércoles: El Oso Flautista
Muy pocas veces tenemos la cabeza puesta en lo que estamos haciendo, muy pocas veces vivimos el presente. O vivimos en el pasado, en lo que hicimos, o en el futuro, en lo que tenemos que hacer. Aprender a vivir el momento presente es algo que enseñan ciertas disciplinas filosóficas orientales y, como pudimos ver en clase el pasado miércoles, es algo a lo que han cantado algunos poetas. Para inspirarnos tenemos cinco ejemplos (clicad en los enlaces)

Cuántas gentes, Tai Fu-Ku
¡No lo conseguimos, nunca lo conseguiremos! María Wine (más abajo en este mismo post)
A una anciana pobre, Williams Carlos Williams
En el puente, Evgueni Evtuchenko

En actos tan sencillos, pero tan profundos, como comerse una ciruela o estar parado en un puente junto a la persona amada se encuentra la verdad de la vida, más allá de todo el tumulto de la sociedad, del ruido caótico de los pregones publicitarios y políticos. Son esos momentos en que el tiempo se para, o no hay tiempo, en que estamos tan a gusto y tan con nosotros mismos, que todo lo demás se diluye. 

La actividad de esta semana consiste en, como diría Miguel Ángel, apagar el piloto automático de nuestras cabezas y pararnos a vivir, o intentarlo, aunque sea un ratito, el presente. A partir de ahí, nuestro profe nos propone ponernos las gafas de poeta para retratar esa experiencia y escribir un poema basado en ella. Ya sea con nosotros como protagonistas (como hacen Li Po y Tai Fu-Ku) o contando como otra persona vive el momento (como hacen Williams y Evtuchenko). 

Migue no se metió en el terreno haiku porque eso requeriría una clase para ello, pero algunos en la clase recordaron con agrado la experiencia de otros años cosechando haikus en el parque y en nuestro Árbol de Sancti Petri. Maribel nos dijo que llevaría algunos de los suyos para compartirlos en clase. Para terminar, os dejo con el poema de María Wine, todo un manifiesto por esa vivencia del presente.

¡No lo conseguimos,
nunca lo conseguiremos!
¡Oh, esas horas que huyen como las nubes
en ese inmenso cielo de nuestra vida sin darnos nunca tiempo para detenernos!
¡No vivimos en el presente!
Vivimos en el tiempo venidero,
Nuestra imaginación construye castillos en el aire del futuro,
nuestros cuerpos se apoyan, con las extremidades extendidas, 
en el alba de los tiempos,
nunca llegamos, ni por un segundo,
a detenernos en el tiempo,
para descansar los brazos y piernas cruzados,
en el umbral sereno del presente,
y acariciar con una mirada al ser amado.

María Wine

No hay comentarios: